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18 ago 2014

Las HOJAS en la planta.

DEFINICIÓN:

Las hojas son los órganos principales de las plantas, ya que sintetizan (producen)  el alimento de los vegetales. Las hojas pueden ser encontradas en una gran variedad de formas, colores y tamaños, lo que hace distintiva una planta de otra, cada una con características propias. Las hojas nacen del tallo y es una de las partes más importantes de las plantas ya que en la hoja se encuentra la clorofila. 
La clorofila es el pigmento verde responsable de la fotosíntesis, proceso en el cual la planta absorbe la energía de la luz solar y la usa para convertir el dióxido de carbono en oxígeno. Aunque por lo general las hojas son verdes no todas las hojas lo son; muchas de ellas contienen otros pigmentos que enmascaran el verde de la clorofila, y algunas carecen de clorofila en todo el limbo o en partes de él.

Para realizar la fotosíntesis las hojas presentan una superficie que generalmente es ancha y plana, para exponer una mayor superficie a la luz solar. En la hoja se da un intercambio de gases: oxígeno, anhídrido carbónico y vapor de agua. Este intercambio son los procesos de respiración y transpiración de la planta, aunque estos no son los únicos procesos de las hojas, también pueden especializarse en otras funciones. 


FUNCIONES DE LAS HOJAS:

Proceso de respiración en las hojas

Las plantas al igual que los animales y los seres humanos necesitan nutrirse y respirar para realizar las funciones de nacer, crecer, reproducirse y morir, ya que también son seres vivos. Pero a diferencia de nosotros o los animales las plantas no disponen de los aparatos que tenemos para llevar a cabo estos procesos. Las funciones que llevan a cabo las hojas son la respiración, la transpiración (evaporación del agua) y la función clorofílica, siendo las hojas los pulmones de las plantas.
Las plantas respiran oxígeno del aire y expulsan dióxido de carbono, proceso igual al de los seres humanos y animales. Este es un proceso contínuo y se lleva a cabo sobre todo en las hojas y en los tallos verdes. El otro proceso, la transpiración, la planta la realiza para elevar la savia bruta desde las raíces, por ello desprenden vapor de agua o líquido por las hojas y esto chupa la savia. La savia es el líquido que va de la raíz a las hojas y está formado por agua y sales minerales. Esta savia es producida por las hojas, ya que es la fábrica de alimentos, para nutrir al resto de la planta.
La función más importante de las hojas, sobre todo para las demás formas de vida sobre la Tierra, es la función clorofílica, la cual recoge el dióxido de carbono del ambiente y lo convierte en oxígeno. Esta función se realiza en presencia de la luz solar y la clorofila.

Partes de las hojas
La hoja está formada por un eje central llamado pecíolo, que la une al tallo y un limbo, que puede ser simple o compuesto. El pecíolo puede ser largo, corto, o no existir. En el limbo los haces se bifurcan repetidamente, para formar la nervadura de la hoja. Sin embargo, no todas las hojas presentan las tres partes principales.




El limbo es la parte ancha de la hoja que por su forma queda perfectamente expuesta a la luz solar, es una lámina muy delgada donde ocurre el proceso de fotosíntesis. El limbo tiene dos caras: el haz que es la parte de arriba de la hoja cuando está en la planta, y el envés que es la que queda hacia abajo.
El pecíolo es la parte de la hoja que une el limbo al tallo, tiene forma de rabito y a través de él discurren los vasos conductores. Hay algunas hojas que no tienen pecíolo. A estas hojas se le conoce como sésiles. Los nervios son canales que recorren el limbo de la hoja, son los vasos conductores que discurren a lo largo de su superficie conducen la sabia a través de la planta.

CLASIFICACIÓN DE LAS HOJAS: 

Tipos de hojas

Existen muchos tipos de hojas, que se diferencian por su forma: lobulada, ovalada, palmeada, triangular, etc. Las hojas pueden ser clasificadas por distintos criterios, aunque la diversidad de sus formas y tamaños se relaciona con los ambientes en los que viven las plantas, y a los cuales deben adaptarse. Las hojas simples son aquellas en las que de cada pecíolo surge un solo limbo, mientras que las hojas compuestas son las que presentan varias hojuelas articuladas separadamente, conocidas como folíolos.


Según la disposición de las nervaduras en el envés del limbo, las hojas pueden ser uninervias o plurinervias. Las uninervias poseen una sola nervadura. Son típicas de muchas coníferas, como los pinos. Las plurinervias cuentan con varios nervios que, a su vez, pueden desplegarse de diversos modos. La disposición de los nervios de una hoja puede ser palmeada o palmada, paralela o pinnada como en el castaño.

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